lunes, 2 de junio de 2014

Telepatía Real

Vamos a empezar por el principio. 

DON JUAN CARLOS I, REY DE ESPAÑA, A TODOS LOS QUE LA PRESENTE VIEREN Y ENTENDIEREN, (Aquí esta hablando de ti)

SABED: QUE LAS CORTES HAN APROBADO Y EL PUEBLO ESPAÑOL RATIFICADO LA SIGUIENTE CONSTITUCIÓN:

TÍTULO II
De la Corona

CAPÍTULO SEGUNDO
De la elaboración de la leyes

Artículo 92

            1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.
            2. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados.
            3. Una ley orgánica regulará las condiciones y el procedimiento de las distintas modalidades de referéndum previstas en esta Constitución.

Y por si quedaba alguna duda sobre quién hace el qué:

TÍTULO VIII
De la Organización Territorial del Estado

CAPÍTULO TERCERO
De las Comunidades Autónomas
Artículo 149
1.      El Estado tiene la competencia exclusiva sobre las siguientes materias:
[…]
            32ª. Autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum.


Para los escépticos, críticos y curiosos (espero que todos): Constitución Española


Aunque las anteriores semanas me haya aficionado a escribir en inglés, esta reflexión la publicaré en castellano, ya que son los ciudadanos españoles los directamente afectados. En particular, quiero hacer referencia a todas aquellas personas que ejercieron su derecho democrático en las últimas elecciones generales del 2011 y votaron al PP-PSOE. Sí, sí a ti.

Para los que no tengan tiempo de leer todas mis tonterías, se las puedo resumir ahora en un par de líneas. 2 de Junio de 2014, España. El rey ha utilizado sus poderes telepáticos para saber que el pueblo español desea continuar con un sistema monárquico. No se a mí, pero a ti, ¿Te han escuchado alguna vez? ¿Cuentan contigo? ¿Saben lo que quieres? ¿Te siguen representando?

Ahora para los demás. El día 2 de Junio de 2014 el rey Juan Carlos I abdicó. El jefe de estado de nuestra nación cedió su soberanía. Pero no me agrada demasiado que esta persona suponga que la mayoría de los habitantes de la nación están de acuerdo con el sistema monárquico. Si bien es cierto, podría aludir a los programas electorales escogidos en las elecciones del 2011 (sin comentarios aquí sobre programas electores cumplidos o incumplidos). Pero me planteo si esos programas electorales, en los que me sorprendería encontrar referencias a la monarquía, contaban con este cambio de “especial trascendencia” (Art.92).

En cualquier caso, comprendo la utilidad del parlamento y el congreso como organismos representativos de la ciudadanía. Resultan mecanismos bastantes funcionales, puesto que, si ir a votar 1 vez cada 4 años ya da pereza, 1 vez a la semana ni te cuento. Pero dada la situación de “especial trascendencia” que supone la abdicación del rey, encuentro razonable un mínimo dialogo y comunicación con los votantes, que parece, es lo que ha fallado en las últimas elecciones europeas. Con lo cual, ¿son verdaderamente nuestra representación los parlamentarios y los congresistas? Parece ser que en 2011 y bajo una situación bastante diferente, si lo fueron. Pero a día 3 de Junio de 2014, tras la abdicación del rey y los resultados de las últimas elecciones europeas, si me lo permitís, yo me lo cuestiono.

Puesto que comparto nacionalidad con 44 millones de personas (territorialidad ya no, expatriado en proceso), es necesario encontrar una serie de pactos y reglas con las que podamos tomar decisiones (como votar cada 4 años). Parece ser que la historia de la humanidad ha demostrado que la democracia es el sistema más eficiente para ponernos medianamente de acuerdo. Pero, dada la situación de desesperanza y descontento que vive la población (vale, no todos, sólo los que se sientan aludidos de manera directa o indirecta por alguna de las palabras a continuación: desempleo, paro, desigualdad social, pobreza, malnutrición infantil, educación, becas, corrupción, cajas de ahorros, Gamonal, dinero negro, casta…), me planteo seriamente si estamos viviendo en una verdadera democracia en la que se escucha a la ciudadanía, o en un sistema liderado por personas que han dejado de ser la representación de la población.

Independientemente de mi orientación política, monárquica o republicana, me parece algo razonable y obvio que, en un país democrático, se le cuestiones a la población en situaciones de “especial trascendencia”. Supongo que el rey no tendrá ninguna objeción, puesto que fue él mismo quién firmo la constitución. Quizá las objeciones vengan de otro lado… No lo sé. De cualquier manera, si tras un referéndum, la mayoría de los votantes decidiese que su estado sea una república/monarquía, me parecería perfecto. Sería un sistema y un estado elegido por los ciudadanos. Se habría contado con sus ideas, se les habría preguntado, se les habría escuchado Es de lo que va la democracia, ¿no?

Pero bueno, como buenos creyentes y practicantes de la democracia que somos, le vamos a agradecer enormemente a Juan Carlos la oportunidad que nos ha dado de ver la realidad, de ver si en el parlamento nos escuchan, si nos quieren escuchar, si cuentan con nosotros, si nuestros representantes nos representan. De hecho, los grandes partidos del bipartidismo, y el gobierno especialmente, deben de estar encantados, tienen en sus manos la oportunidad de demostrar a sus votantes lo interesados que están en escuchar su opinión en esta situación de “especial trascendencia”. PP-PSOE, agradecedle al rey esta maravillosa oportunidad que os ha concedido, y aprovechadla bien, no vaya a ser la última…

A título individual, lamento y me temo demasiado, que no preguntarán. Que nos demostrarán lo que son, que nos darán la espalda otra vez, que continuarán silenciándonos, que nos acallarán de nuevo. Degustando la intocabilidad de su posición, metidos en sus esferas inaccesibles, debe de ser encantador ver a una ciudadanía desesperanzada que chilla bajito e infrecuentemente. Pero amigo, todo tiene límite, y ya no valen los limítense, haberse limitado antes.

Si sois nuestra representación, ¿por qué no nos preguntáis? ¿Por qué no queréis saber si estamos conformes o no con la continuación de la familia borbónica en la jefatura de estado? ¿Por qué no nos preguntáis si buscamos un cambio o una continuidad? ¿Por qué no realizáis un “consulta popular por vía referéndum”? (Partido popu-¿Qué?, medidas impopu-¿Qué?) Demasiado tarde para creernos vuestras chorradas.

No quiero asociar el día 2 de Junio con la república, no lo quiero asociar con la abdicación del rey. Lo quiero asociar con la ciudadanía, lo quiero asociar con un referéndum. No quiero que se asuma que toda la gente que apoya la consulta es republicana. No quiero dejar a las personas monárquicas sin la elección de votar. Como ciudadanos, están en su completo derecho de expresar su satisfacción con la casa real y la familia borbónica. Os quiero oír, os quiero oír a todos. El pueblo escucha, no acalla. Quiero que las personas de esta nación sean preguntadas sobre el futuro de su jefatura de estado, porque considero que la sucesión del Juan Carlos es una decisión política de especial trascendencia que puede ser sometida a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. Y no lo digo yo. Lo dice Juan Carlos. Lo dice el rey.

Finalmente, gracias Juan Carlos por tu abdicación. Utilizando tus poderes de telepatía nos has recordado que podemos utilizar los nuestros. Nos has demostrado que es el momento perfecto para cuestionarnos nuestras ideas, para comprobar si este sistema verdaderamente nos representa, para ver si nos escuchan. Es el momento perfecto de hacerse preguntas, de ver nuestra realidad. Es el momento de pensar, es el momento de escribir, el momento de elegir…

Pero para hacer todas estas cosas, antes se necesita dar un pequeño paso.

Ahora mismo, es el momento de desconectar.

Carlos,

Escrito a mano y desconectado.

miércoles, 2 de abril de 2014

Cafés desesperanzadores


A continuación me gustaría desarrollar brevemente una idea que me lleva rondando por la cabeza bastante tiempo. La idea sobre la desesperanza de la población española.

Hablar y mantener conversaciones sobre la mala o buena situación actual es una actividad motivadora o desmotivadora. En ocasiones hermosísima, otras no tanto. A veces vigorizante, y a veces extenuante. Pero lo que comúnmente no suele ser, es productiva. Hablar no suele cambiar las cosas de manera excesiva. Las palabras se las lleva el viento... Te hablo sin referencias y de memoria, así que no te creas todo lo que te cuento. Un amigo me comentó hace poco que el hecho de contar los propósitos antes de llevarlos a cabo inhibe la consecución de dichas metas. La argumentación era la siguiente: Los individuos creemos que por el mero hecho de hablar de nuestros propósitos, estos ya han sido realizados. Obviamente, necesitaría de algún tipo de referencia empírica para aseverar dicha afirmación, pero para lo que ahora nos interesa, supongamos que es cierta.

Considero que uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la ciudadanía española es la desesperanza. Asumiendo como correcto lo expuesto anteriormente, esta desesperanza podría estar originada en la búsqueda, en ocasiones exitosa, de soluciones y alternativas a los problemas actuales mediante la palabra hablada y no escrita. Es común oír que se habla mucho y se hace poco. El individuo puede pensar que por hablar, todo esfuerzo posible ya ha sido realizado, y que las alternativas han sido agotadas. Pero para su mala fortuna nada ha cambiado. Entonces, el tertuliano de conversación revolucionaria y esperanzadora en el café se vuelve a casa derrotado, observando que sus palabras no tienen el impacto que se merecen en la sociedad. Con lo cual, la desesperanza y la inactividad, son un subproducto que no tardará en aparecer.

A mi parecer, lo que supone una crucial diferencia es la manifestación del pensamiento de manera escrita en vez de hablada. Cuando el objetivo principal de las ideas y pensamientos es el impacto en la sociedad y el cambio en el pensamiento de otros individuos, la escritura se presenta como el medio más adecuado para manifestar el pensamiento. Tanto para la persona que la practica como para la persona que la disfruta, esta vía de expresión conlleva una serie de características intrínsecas que potencian su eficiencia y su efectividad. Observado desde el punto de vista del escritor, la expresión ordenada y argumentada de las ideas, ayuda a la construcción y solidificación de su pensamiento. Además, el alcance de las mismas en la población es incomparable. Ya no se aprecian límites espaciales ni temporales en el alcance del pensamiento de dicho escritor, pues la escritura inmortaliza y perpetúa el punto de vista del autor.
A nivel del lector, éste tiene por el hecho de poder acceder a las ideas de manera escrita, dispone de completa libertad para profundizar en ellas, no restringiendo su estudio al tiempo o a la situación donde estas ideas fueron por primera vez emitidas. Pudiendo realizar un análisis detallado de la argumentación, buscando sus afinidades o su disparidad con el autor sin ningún tipo de referencia, y con una carencia casi completa de conocimientos. Sostengo que uno de los aspectos claves durante la Revolución Francesa, fue la cantidad y la calidad de escritores e intelectuales. Invito a cualquier lector curioso a desarrollar y argumentar mi idea, si el tiempo se lo permite, pues las herramientas están al alcance de todos: investigación, lectura, reflexión y escritura.

Esta pequeña argumentación e hipótesis sirven para reafirmar que “The pen is mightier than the sword” (Edward Bulwer Lytton); y que las batallas se ganan con ideas, y no con horcas.

Debido a la cantidad de ideas que nacen y mueren en las mesas de café, las cuales tienen escaso impacto en la sociedad, es normal que los pueblos vivan desesperanzados. El problema radical es que muchas de estas ideas, las cuales podrían erigirse en potenciales soluciones no alcanzan a la población que deberían. En unas ocasiones, dicha población esta compuesta por los afectados por los problemas, y en otras, por los causantes de éstos. Por eso escribo este texto y por eso quiero que tú escribas. Para que tus ideas, las tuyas, la que tú tienes, no mueran en las mesas de café, para que queden registradas en algún documento que pueda ser leído por más personas de las que podrían escuchar una conversación entre tú y yo.

Por eso, si no estás de acuerdo con la actuación de Repsol en las Costas Canarias, escribe sobre ello. Movilízate y moviliza a tu entorno. Pero, en esta ocasión, intenta hacerlo de una manera más reflexiva, escribiendo. 

No me gustaría que lo que voy a exponer a continuación se malinterpretara y se supusiera que estoy en contra de las manifestaciones, o que haber escrito algo acerca del problema sobre el que se va a manifestarse es una condición necesaria para asistir a una. Me gustaría que se leyese mi argumentación desde un punto de vista lo más objetivo posible.

Con las nuevas tecnologías todo va más (superficialmente) rápido. Se puede convocar una manifestación en unas horas a través de Twitter. Pero será una manifestación superficial, vacía. Empiezo a entender que no nos tengan en cuenta. Intentamos construir la casa por el tejado. En muchas ocasiones, las manifestaciones están llenas de gente que no puede exponer sus argumentos de manera clara y ordenada porque no han trabajado sobre ellos. No los han leído, no los han reflexionado y no los han escrito. Por este motivo, no soy una persona demasiado aficionada a las manifestaciones actuales. No estoy completamente convencido de su poder transformador. Por otra parte, sí soy una persona creyente en la presión social y en la acción directa, manifestada mediante el envío masivo de cartas protesta o los blogs políticos adecuadamente argumentados. Tras este periodo de reflexión y escritura, llegaría el momento de la manifestación ciudadana. Con un pueblo compuesto por ciudadanos-pensadores difíciles de manipular. El valor de las manifestaciones se incrementará exponencialmente, pues serán muestras de protesta y rechazo, provenientes de un pueblo conocedor de sus derechos que fundamenta sus argumentaciones adecuadamente construidas. Los componentes de dichas manifestaciones estarían preparados intelectualmente para defender sus ideas, para sostener una argumentación de calidad. Dichas personas compondrían una ciudadanía reflexiva, escritora y activa. Habrían superado las ataduras de las mesas de los cafés de la desesperanza, para convertirse en un colectivo capacitado para el cambio.


Es fácil darse cuenta de que todo cambio implica ciertos sacrificios. Alguno de estos sacrificios podrían ser la autolimitación de las relaciones a distancia basadas en la comunicación instantánea, (conversaciones por What’sApp) y la promoción de medios de comunicación más reflexivos (cartas y correos), primando la profundidad y la construcción de la relación al egoísmo del mensaje y de su feedback. O el sacrificio de minutos en Facebook a cambio de escribir una entrada en  un blog, en la cual, cada ciudadano-pensador encuentre por si mismo el porqué luchar y el cómo hacerlo. 

martes, 25 de marzo de 2014

Querido Potencial Escritor Español Atrapado en Facebook,

Querido Potencial Escritor Español Atrapado en Facebook,

A raíz de un post de Facebook que publicaste hace tiempo, detecté que tu capacidad intelectual y como escritor tiene mucho más potencial del que muestras. Creo que ese potencial está siendo desaprovechado. Sé que eres pura furia Española: coraje y rabia. El post del que te hablo es aquel en el cual planteabas un interesante tema de nuestra historia política: El negativo impacto del Franquismo en España. Parece ser que Franco ha retrasado unos cuantos años a España y la ha dejado a la cola de Europa, si no del mundo. No es que tengas razón, es que la rebosas. Pero la gente necesita argumentos. Aunque ya hayan sido dichos, no toda la gente los ha oído. Por eso algunos necesitan que tú se los recuerdes. “Las batallas se ganan con la punta de la… ¿pluma?” dijo Becquer, tal vez. No, no creo, me suena más a Quevedo, opuesto de Góngora. En fin, me dan igual las fechas, las citas, las referencias y las fuentes. Porque ahora mismo estoy escribiendo a mano. Escribo directamente desde mi mente. Desde las carencias de mi intelecto. Para ti. Para movilizar tus neuronas, tu cerebro. Para despertar a la bestia Española que llevas dentro. La bestia que la tecnología del siglo XXI esta conteniendo; las bestias que Franco en el siglo XX encarceló y/o asesinó; la bestia adormecida por la cultura y la tradición; la bestia Española que está despertando de la siesta.

Te escribo para despertar la furia de un país de escritores, de creadores, de pensadores. Lo que fue Francia en la Revolución de 1789; pero nosotros no necesitamos horcas. Lo que Franco evitó exiliando a Machado y a Alberti, asesinando a Lorca y encerrando a Miguel Hernández. Somos el lenguaje de la elegancia y la belleza. De la conquista, del galanteo, de la lujuria y de la ironía. Somos sangre hecha tinta. Somos ideas que desean ser oídas. No pienses que no debes escribir porque lo que te estoy diciendo ya lo han dicho otras personas en el pasado. Tú, puede que hasta ahora no lo hubieras oído. O, si ya lo habías oído, no lo habías visto de esta manera. No me lo habías oído a mí. De tú a tú. De mano a mano. De pluma a pluma. De amigo a amigo. Comunicación directa.

Comunicación con furia, con coraje y con rabia. Vamos a resucitar nuestro futuro. Vamos a resucitar el futuro que la humanidad se merece. El futuro que el pasado ha disparado en la nuca. Vamos a poblar el planeta de seres humanos libres, pensadores, escritores, filósofos, científicos. Vamos a conseguir mover a la población. Vamos a sentarla a escribir ideas y no mensajes de What’sApp.

Vamos a viajar al pasado. Quiero resucitar lo que Hitler asesinó. Quiero ver Alemania llena de psicólogos de la Gestalt y no de economistas. Quiero traer a Lewin de Estados Unidos. Quiero devolvérselo a Polonia, a Alemania. Quiero llevarlo a donde nació, a la tierra de la que tuvo que huir, por pensar y por ser judío. Quiero que en España se demuestre que la República es algo que el pueblo español eligió, y que Franco arrebató y evitó imponiéndonos una monarquía que habíamos decidido que no deseábamos. Quiero a la gente escribiendo como Juan Ramón Jiménez, como Cervantes. Quiero a Severo Ochoa, quiero Premios Nóbeles Españoles y no estadounidenses. Quiero a Ortega y Gasset, quiero a Unamuno, incluso a Pío Baroja. Franco ha matado varias generaciones de escritores, pensadores, científicos, filósofos. 35 años de oscuridad y muerte. Más los años en los que estamos arrastrando su sombra. Años grises todavía. Poco a poco esclareciéndose.

Somos un pueblo de furia hecha palabra. Rabia transformada en ideas, en ensayos, en poemas, en discursos, en cartas, en novelas. Poseemos un lenguaje espléndido, fabuloso, fantástico, riquísimo y enriquecedor, variado, vivo, puro, inalterable y cambiante, maleable, transformado y transformador. El castellano nos otorga el medio perfecto para expresar nuestras ideas con belleza, elegancia y determinación; con seriedad e ironía; con potencia y con rabia; con respeto, tacto y delicadeza. Es nuestra arma de destrucción masiva (Weapon of mass destruction). Americanismo. El castellano desenvaina la pluma y la posa con amor y odio a un tiempo, sobre el virgen papel; para destripar su pensamiento y transformarlo en gracia divina, hipnotizado por el vaivén de sus ideas cuando bailan junto a la tinta que mancha el folio marcado, ahora, eternamente. Esta es nuestra arma. La escritura.


Ahora quiero ver como la usas. Quiero una carta. Quiero lo mejor de ti. Me da igual que hables de Franco, de motivos altruistas, de porqué el pueblo español se sigue echando la siesta, de porqué somos un pueblo desesperanzado, de las infinitas alternativas que tenemos. Quiero que le escribas a un amigo, que lo odies y lo ames, que le des tu fruto, que escribas la primera entrada de un blog, que paras pensamientos, que des forma al conglomerado de ideas de tu mente. Sé que tu cabeza hierve y tu corazón humera cuando ves las noticias, cuando oyes a los tertulianos expertos en Todo-logia que no controlan de nada, porque nunca se pararon a escribir. Solo hablan. No han construido su propio pensamiento. Quiero rabia. Quiero escritura. 

miércoles, 22 de enero de 2014

HANDWRITTEN. ¿Eso es lo importante?

Imprescindible leer la entrada completa del blog. Hazlo por respeto a mi trabajo. Gracias.


Reflexión surgida tras la visualización del siguiente video.


“¿Esto es lo importante?”

De todo lo que está ocurriendo, ¿Eso es lo que de verdad importa?

¿Qué haya un huevo en una ventana? ¿Eso es lo importante?

Lo triste es la persona que piensa que ese huevo hubiese estado mejor en su estómago que en esa ventana. Eso importa. Importa que el consejero, el alcalde, el ministro; quién sea, da lo mismo; que esa persona haya llegado a tal estado de corrupción; no ya económica, ni política; corrupción moral, ética, humana. Un estado de corrupción en el que su única motivación para ejercer su trabajo, sea la de ganar dinero.

El objetivo es ganar dinero, no importa cómo. (¿Para qué? ¿Para qué? ¿De verdad lo necesita?  Si esta leyendo esto, espero que se cuestione si de verdad necesita el dinero que ganó, más que la persona que lamentó que el huevo acabase en la ventana de su ayuntamiento, en vez de en su estómago) 
¿Es más importante ganar dinero qué servir de representación a sus ciudadanos, con los que hizo un pacto y tiene un compromiso; el compromiso de ser la voz de sus ideas? ¿Es más importante ganar dinero? ¿De verdad lo cree? Recuerde que no es por eso por lo que fue elegido, ¿recuerda? Fue elegido para representar nuestras ideas, no para que silenciara a la ciudadanía con sus mentiras. Eso es política, (del latín “políticus” y del griego “πολιτικός” (/políticos/), que significa “de los ciudadanos”. ¿Lo recuerda? Ellos inventaron la palabra. Respeta a los creadores de la terminología que usted utiliza. La representación del pueblo no debe ser el principal mecanismo de su engaño, de su adormilamiento.

En algún momento nos hemos equivocado. Hemos cogido el camino incorrecto, hemos confundido el objetivo de nuestras vidas. Admito que el dinero servirá para tener un funeral ostentoso. Pero el arte nos permitirá tener una vida extática, curiosear con lo divino. La bondad y el altruismo nos servirán para regalar la felicidad, al mismo tiempo que la conquistamos. La escritura y la reflexión para cambiar el mundo. Para hacer realidad nuestras utopías. Por eso si merece la pena vivir. Lamento decirlo. El dinero es para tu entierro.
Desafortunadamente, la reflexión no da dinero. Solo provoca cambio. Cambio en ti, en tu pensamiento. Cambio en tu entorno, en tus amigos, en tus seres queridos. Provoca energías y vigoriza el espíritu. Motiva para luchar, estando, primeramente, seguro de por qué se lucha. Parase a pensar lo que se considera bueno y lo que no. Lo que quiero. Conocer lo que me provoca más satisfacción en la vida. Estudiar los diferentes puntos de vista de las situaciones.

Por eso antes de postear lo primero que te venga a la cabeza cuando veas el video, para un minuto. Apaga tu teléfono, tu ordenador. Que nadie ni nada interrumpa tu pensamiento, tus reflexiones. Escribe a mano. Tienes las herramientas necesarias para hacerlo. Unos folios, un bolígrafo, y una mesa; y además, lo más importante, tu mente, conocimientos y el lenguaje para crear ideas, darles forma y compartirlas más adelante. No te preocupes de eso ahora.

El mundo se merece que le entregues lo mejor de ti, lo mejor que puedas darle. Sabes que lo mejor de ti no es lo primero que te pasa por la cabeza. Tú eres capaz de dar mucho más. Sin ataduras tecnológicas. Puro pensamiento, directamente desde tu corazón, desde tu mente. No te paralices en los detalles. Comete equivocaciones, faltas ortográficas y gramaticales sin miedo. Con tiempo, podrás meditarlo, pensarlo, releerlo, corregirlo, y valorar lo que has escrito. Mejorarlo y pulirlo para que nosotros podamos degustar el mejor de tus regalos. Tu trabajo y tu pensamiento, elaborado y construido.
No es necesario que compartas lo que piensas hoy mismo, ni con el mayor número de personas posible. La celeridad y la cantidad no suelen ser sinónimo de calidad. Al principio guárdalo un rato para ti. Reléelo en tu habitación. Sin curiosidades de Internet, ni interrupciones de What’sApp. Compártelo primero contigo, con calma, con pasión, para ti. Disfruta de ello. Mejora el resultado, de aquello que tú mismo has creado, de lo que tu enorme capacidad creadora ha sido capaz de construir. Después, si quieres, y nos haces el honor de acceder a tus pensamientos,  regálanoslo.
Vamos a respetar y a valorar mucho más tus reflexiones cuando hayas puesto pasión, esfuerzo y tiempo en ellas. Y sabes que eso no es difícil de apreciar. Se nota.
Pero escríbelo ahora, que tienes el sentimiento, que tienes la emoción a flor de piel. En unas horas la emoción se habrá ido, y quedará un vago recuerdo de la idea. Pero ahora tienes la rabia. Apaga el ordenador y escribe hasta saciarte. (Si crees que no tienes tiempo para escribir, te agradará saber que mañana tengo un examen.)

Un pueblo que piensa, es el tipo de pueblo que nuestros gobernantes no quieren. Un pueblo que escribe, es un pueblo que piensa.

Desconecta. Piensa. Escribe a mano.


Salud, reflexión y cambio.

Carlos, handwritten.


-- Sé que no estoy diciendo nada nuevo. Todo ya ha sido dicho, pero no todo el mundo lo ha oído. --

PD. No te molestes en compartir este post hasta que tú mismo hayas escrito algo. Es mucho más importante para ti, lo que tu pienses, que lo que yo pienso. Además tu visión de la situación seguro que es diferente a la mía. ¿He puesto alguna referencia a los medios de comunicación en mi reflexión? La dejo para ti.